martes, 14 de junio de 2016

Mayor Vulnerabilidad

En Guatemala, en menos de una década, se han registrado efectos negativos de eventos hidrometeorológicos de gran intensidad, tales como el huracán Mitch, en 1998, los estragos de las tormentas Stan y Ágatha, en 2005 y 2011 respectivamente; y la sequía prolongada el año pasado, que afectó a casi 300 mil familias, principalmente en el denominado Corredor Seco del país.
Investigaciones del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) concluyen que los eventos naturales así como los inadecuados usos del territorio, exacerban y deterioran las condiciones de vida de la población, afectando la calidad y cantidad de los bienes y servicios naturales, especialmente los hídricos, la pérdida de los ecosistemas naturales y aumento en los procesos de erosión de los suelos.
Jorge Cabrera, ambientalista y consultor de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), explica que los efectos del cambio climático afectan a todo el país, pero los grados de vulnerabilidad son diferentes de acuerdo con el poder adquisitivo de las personas, siendo los guatemaltecos que viven en el área rural quienes sufren las mayores consecuencias.
El investigador y arquitecto asegura que las tormentas, sequías, inundaciones, heladas y olas de calor que se perciben en diversos momentos del año, “castigan” principalmente a las familias rurales expuestas a condiciones de pobreza y pobreza extrema, aunado a las carencias de servicios básicos u oportunidades de desarrollo humano.
A juicio del entrevistado, el escenario también es producto del poco interés de las autoridades de Gobierno, quienes no propician procesos de capacitación, prevención ni de respuesta inmediata, ante las emergencias para salvaguardar los estilos de vida de las comunidades más pobres en el interior del país.
“En el caso de las lluvias, los pobres son los más propensos a perder la vida y sus medios de subsistencia porque la pobreza los obliga a vivir en zonas de riesgo a inundaciones, deslizamientos o derrumbes, aunado a que no cuentan con recursos para reducir su vulnerabilidad ante futuras catástrofes porque difícilmente pueden satisfacer sus necesidades vitales diarias”, expone Cabrera.
El arquitecto indica que esta situación se refleja en el aumento de enfermedades, en la disminución de la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos, en la reducción de la producción de alimentos y su calidad, y en los impactos en la infraestructura básica y de servicios, ocasionando serios impactos económicos y socioambientales en particular, en los grupos indígenas, que dependen de fuentes de ingresos amenazadas por los efectos del cambio climático.


1 comentario:

  1. Muchas razones y factores pueden ser los que afecten directamente a las personas que viven en los asentamientos, pero no hay duda que el principal de ellos es la naturaleza por si misma, sus fenómenos y causas meteorológicas. En Guatemala cada invierno es peor que el anterior, de modo que, al menos, una vez al año estas personas se ven en el medio de un sistema despreocupado y una madre naturaleza que no perdona condición social.

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