Desde que surgieron los primeros asentamientos, conforme van pasando las generaciones de pobladores se han quedado viviendo dentro de los mismos durante mucho tiempo. La dinámica que se maneja es que se ocupan espacios que no tienen aptitud habitacional, esto se debe a que Guatemala tiene territorios con topografía muy inclinada.
Estas personas obtienen sus tierras por medio de invasiones o arrendamientos, conforme el paso del tiempo se han ido agregando los servicios básicos como luz y drenajes.
Muchos asentamientos se caracterizan por estar cerca de las fuentes de trabajo de los pobladores.
De acuerdo con datos proporcionados por la Muni Guatemala, existen aproximadamente 175 asentamientos precarios, los cuales alojan a 47,658 familias.
Algunos asentamientos se encuentran ubicados junto a ríos que son desbordes de drenajes de la ciudad. Ya que muchos asentamientos se encuentran sin ningún tipo de ordenamiento, los caminos que se encuentran entre ellos son estrechos y bastante inseguros; como también las construcciones de los mismos hogares, son de materiales no aptos, como lámina, cartón, plástico y otros materiales.
Muchos, conforme pasa el tiempo, cambian sus materiales, sin embargo muchas otras familias no se encuentran en la capacidad de cambiar y renovar sus hogares.
Ya que las lotificaciones en donde se instalan los asentamientos son bastante pequeños; que son entre 20 y 50mt cuadrados, las viviendas son de una o dos habitaciones. Al momento de necesitar más espacio, los habitantes realizan construcciones extremadamente riesgosas ya que no cuentan con la asesoría necesaria para realizarlas.
Los asentamientos que cuentan con más peligro son todas aquellas ubicadas en laderas y barrancos, especialmente si se han realizado rellenos.
Marroquín, Hermes; Gándara, José Luis. Op. cit., T.II, pág. 516.
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